sábado, 31 de octubre de 2009

VICTIMAS CAPTADAS POR SECTAS

Nunca se sabe cuando puede aparecer la oportunidad de ayudar a una persona para salir de la secta donde se ha metido. Es por ello que es bueno familiarizarse con los problemas que tiene la víctima para que pueda haber un entendimiento.
Si la víctima no está poseída por un espíritu de mentira (lavado de cerebro para los no creyentes en Dios y demonios), la terapia no parece complicada. Basta con hablarle y advertirle del peligro que corre en el lugar donde se mete. Es importante repasar detalles para que la víctima pueda digerir la situación en que se halla. Cada detalle, por insignificante que parezca, aporta luz en su entendimiento. Si es una persona honesta que ama la verdad por encima del engaño, pronto se dará cuenta de la situación. Puede ocurrir que le hayan mostrado un engaño dulce y a pesar de reconocer de alguna manera el error, tenga argumentos para no volverse atrás. Estos argumentos van ligados a la astucia de sus captores en ofrecer a la víctima algo que valore y no lo obtenga facilmente en la sociedad en que vive. Las drogas, sexo, alcohol, edición de libros (a menudo novelas basura que a nadie interesarían) son una opción fácil. Los mafiosos de las sectas, en muchas ocasiones lo primero que hacen es aislar a la víctima del entorno familiar en que vive, a fin de que ningún conocido pueda ayudarle.
Es más difícil ayudar a una víctima cuando ya le han metido un mal espíritu que domina su propia voluntad.
La víctima ve una luz maravillosa, un camino claro que solo debe seguirlo. Puede creerse un privilegiado, incluso que es Dios quien le muestra su voluntad y la víctima un escogido para realizar una buena obra con propósito divino. En estas circunstancias la víctima rehusará todo tipo de ayuda

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