lunes, 9 de noviembre de 2009

AYUDA PARA SALIR VICTIMAS CAPTADAS POR SECTAS

Como víctima de reiterados intentos para meterme en una secta satánica, me parece interesante usar mi experiencia a fin de que otras víctimas puedan liberarse de las cadenas del diablo.

Yo soy cristiano y en Dios he puesto la confianza para no caer en los lazos del diablo. A Él doy toda la gloria por cuanto ha echo en mí.

En mi caso me advirtió el que pretendía meterme en la secta que "una vez dentro ya no podría salir. De allí solo se puede salir muerto". Ante tal advertencia, me pregunto: ¿quién será el tonto que se mete?. Llegué a pensar que solo debía estar el que me hablaba, pero no era así. Eran muchos y una vez dentro, se dejaban usar para captar a otros, cuando lo normal sería liberarse de todas las prohibiciones y amenazas que se habían aplicado a cada individuo.

El caso es que al aceptar a las buenas o a las malas, una vez dentro, empieza el lavado de cerebro.
A lo bueno, lo llaman malo. A lo malo lo llaman bueno, según conviene. Se hacen un lío de mentiras, normas abusivas y se ejerce una autoridad dominante sobre la víctima usando violencia, sexo, droga, alcohol, rock and roll a alto volumen y lo que haga falta.

Con estos ingredientes, la víctima, que la han separado de su entorno familiar y afectivo de amigos, pierde su personalidad. En la mayoría de los casos dicen que les entra un espíritu maligno o demonio que los esclaviza. Al no tener dominio propio, la víctima resulta ser esclava de todos los sectarios en que ha confiado y de unas normas que son en beneficio de la comunidad o jefes.

Después de 23 años de acoso de estos "pesados", me decido a publicar lo que los espiritistas me han mostrado. Pienso que quedarían libres de estos espíritus malignos y derrotados por Jesucristo.

En primer lugar, se debe sacar al espíritu maligno fuera. Como cristiano y vencedor ante todo espíritu maligno que me enviaron, les saqué los demonios en nombre de Jesús. Me lo agradecieron con ingratitud, violencia y amenazas. Así es que les entró de nuevo el espíritu que yo les había sacado y unos cuantos más y su estado final es peor que el primero (Lucas: 11:24-26). Después me pidieron que se lo sacara como había echo antes. Me negué rotundamente. Les advertí con anterioridad que fueran a una Iglesia Evangélica, la que quisieran (por tiempo indefinido) pero me desobedecieron y continuaron escarneciéndome. Tampoco dieron gloria a Dios que les había liberado, sino todo lo contrario, volvieron a la esclavitud de sus pecados y perversidades.

Si ahora les saco estos espíritus, ellos seguirán desobeciéndome como de costumbre y dándome las gracias de forma ruinosa para mí y después les entrarán más espíritus malignos que antes. Para solucionar este problema, he pensado que lo mejor es que haya un juez o policía de mediador, pero tampoco les gustó, así es que los dejé estar. Por lo visto, no se hallaban cómodos encadenados al demonio derrotado que no les soltaba y en lugar de intentar liberarse siguiendo mis indicaciones, procuraban que yo me metiera en su organización a través de proposiciones desonestas. De esta manera engordaban a los demonios que llevan dentro y alejaban aún más a Dios (el autor del poder sacar demonios) de sus vidas. Por mi parte aumentaba la desconfianza hacia ellos.

Estoy seguro de que si se dan cuenta de su error y se arrepienten perseverando en la voluntad de Dios, ya no volverán a poseerles los malos espíritus una vez yo los quite en nombre de Jesús.

Uno de sus impedimientos que me han dicho en repetidas ocasiones para confiar en Dios, es que temen que en Cielo tengan ganas de sexo y Dios no se lo permita.

Si esto fuera así, el Cielo no sería el paraíso, sino un lugar de tormento. Más bien estos miedos que tienen sobre Dios y el Cielo sucederán en el infierno.

Nadie sabe con exactitud como funcionarán las cosas en el Cielo, pero tenemos unas promesas en las Sagradas Escrituras que deberían ser suficientes.

  1. Jesús dijo: "Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás. Pero ya os he dicho que, aunque me habéis visto, no creéis." Estas promesas, las entiendo que abarcan todos los sentidos. Hambre y sed de Dios, de justicia y de cualquier necesidad que tenga. Excluir necesidades sexuales me parece un error. Entiendo que Jesús proveerá de todo. De lo contrario diría "mi reino es una oficina de quejas. Uno me pide esto y no se lo doy, el otro aquello y le digo que se aguante". Menuda plasta de eternidad, así no es el Cielo, sino el infierno.
  2. Jesús fué crucificado con dos ladrones, uno se arrepintió de sus pecados y el otro no. Al arrepentido le prometió el paraíso. ¿Quién puede entender como paraíso un lugar donde haya apetito sexual y no pueda ser saciado? Yo no.
  3. Adán y Eva estaban en el paraíso. Dios no les prohibió relaciones sexuales, sino todo lo contrario, les mandó que las tuvieran y llenaran la Tierra. Nosotros somos fruto de este mandamiento y ésta obediencia.
  4. Según Lucas 20:34-35 en el Cielo ni se casan ni se dan en casamiento. Esto no significa que haya apetito sexual y no sea saciado. Añadir a este texto más de lo que está escrito es responsabilidad de cada uno.
Hay muchos más textos convincentes, los cristianos tampoco deseamos un Cielo donde no seamos saciados de nuestras necesidades. Quedan todos los lectores invitados a visitar Iglesias Evangélicas.

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